domingo, 15 de abril de 2012

Conclusión individual

Mis primeros pensamientos al iniciar la investigación es que iba a ser bastante difícil encontrar a grupos de jóvenes implicados en tareas relacionadas con la fe y la solidaridad con los demás.En el día a día en el que vivimos la realidad es la falta de tiempo para llevar las tareas al día,el estrés y el cómo pasarlo lo mejor posible; ningún joven, en principio, se plantea otra cosa.
A medida que avancé en mi estudio me sorprendí cuando encontré en Internet y hablando con personas, a jóvenes y no tan jóvenes, verdaderamente implicados en temas solidarios, preocupados realmente del bienestar de personas necesitadas y de cómo ellos, individualmente o formando asociaciones, podían hacer algo efectivo para paliar, en la medida de sus posibilidades, la situación en la que viven, por desgracia, muchas familias de nuestro de entorno y fuera de él: los sin techo, las personas mayores,discapacitados,las poblaciones más desfavorecidas...etc.
En nuestra ciudad puedo afirmar que se realizan acciones dignas de mención como trabajar ayudando en los comedores con los sin techo, en parroquias o en voluntariados como los que promueve nuestro colegio.
Durante mi investigación también he podido comprobar la evolución de la juventud en estos temas, a nivel mundial: fue asombrosa la respuesta de los jóvenes, a la llamada del Santo Padre Juan Pablo II en las JMJ y en los numerosos viajes que hizo a lo largo de su papado por todo el mundo.Creo que despertó la fe en los jóvenes, que estaba dormida, con lo cual la implicación de estos en la sociedad fue espectacular.
Concluyo con una muy buena impresión de los jóvenes de hoy día, que en contra de lo que pueda pensarse, actúan cuando se les requiere con plena convicción, siempre hay excepciones pero son muchos más de lo que parece.  


                                                                                     Rocío Madrigal Mesa.

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