Amores que matan

Un sabio dijo una vez: “La alegría, la gloria del hombre no está en el tener, en la posesión; está en la conquista. No existe para el hombre peor desgracia que tener todo y no necesitar nada. Si en la vida no existe el combatir, el fatigarse, el sufrir; el comer el pan amargo para conquistar, alcanzar y tener, el hombre no es hombre”.
Actualmente muchos de los triunfos y de las alegrías no se conquistan, se compran. Hemos deshumanizado incluso lo más humano que existe en nosotros: el Amor. Si no tenemos cuidado, podemos comercializar el amor: el amor de los hijos, el amor de la pareja, el amor de los amigos. La vida del hombre es una conquista continua en la que entran en juego el ingenio, la astucia, la tenacidad y el sacrificio. Quien nunca ha luchado por un ideal, nunca gozará de la dicha que el alcanzarlo proporciona. Después de la noche, llega siempre el amanecer; y ese amanecer es siempre muy bello para aquellos que han sabido permanecer firmes en la batalla. La antítesis del amor es la instrumentalización del amado, es dejar de ser alguien para convertirse en algo. Estos amores matan, porque amar significa conquistar.

                                                                                                        Rocío Madrigal Mesa