Desgraciadamente, la mayoría de la gente piensa
que los jóvenes de hoy día no se involucran en nada que no sea alcohol, fiesta
y salir con los amigos, ni mucho menos creen que participen en temas religiosos
o de ayuda social. No obstante, nosotras queremos enseñar esa cara de la
juventud poco conocida pero muy valiosa, para así hacer ver a los demás, que no
somos una “generación perdida” y que si queremos podemos hacer de este, un
mundo mejor.
Un ejemplo de ello son los jóvenes de Manos
Unidas (18 - 35 años), que colaboran continuamente realizando tareas de
organización y acciones puntuales a lo largo del año. Estos jóvenes se
encuentran en los institutos, las parroquias, las universidades y, por
supuesto, en el “boca a boca” entre aquellos que ya conocen la labor de la
organización y colaboran con ella.
Actualmente, la cifra de jóvenes en Manos Unidas
asciende a unas 200 personas,
con una asistencia regular, aunque existen, además, “voluntarios ocasionales”
que son jóvenes o grupos que colaboran de manera activa pero puntual, debido a
la dificultad de compaginar sus estudios con la labor social.
La función principal que tienen estas
actividades es la formación
y sensibilización, para dar a conocer la realidad de los países
del Sur, y la situación en la que viven millones de personas en todo el mundo. También
sirven también para financiar
una parte o la totalidad de un proyecto de desarrollo.
Rocío Madrigal.
Rocío Madrigal.
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